Quiero Compartirles este articulo que sera miu bueno para entender La Navidad.
El oigen de la Navidad
El oigen de la Navidad
Por David C. Pack
¿Dónde se originó la Navidad? ¿De la Biblia o del
paganismo? ¿Cuál es el origen real de Santa Claus — el muérdago — los
árboles de Navidad — las guirnaldas de flores — y la costumbre de intercambiar
regalos? Muchos están preocupados acerca de “poner a Cristo de vuelta en la
Navidad”. ¿Estuvo Él allí alguna vez? ¡He aquí las asombrosas respuestas!
Cada año,
después del día de Acción de Gracias, la mayoría de los pensamientos de las
personas se tornan hacia la Navidad. Este es el tiempo que los cristianos
profesos están supuestos a enfocarse en Jesucristo. ¡Después de todo, es la
temporada de su “natividad”!
Rodolfo el
reno de la nariz roja, las guirnaldas de flores, los árboles decorados, el
muérdago, los saludos de temporada, la música de temporada, las castañas asándose
en un fuego abierto y Santa Claus están todos asociados con esta festividad.
Todos estos traen sentimientos cálidos a aquellos que la celebran.
Yo crecí en
una familia que celebraba la Navidad, y era un gran evento en nuestro hogar
cada año. No dejábamos fuera ninguno de los arreglos apropiados usuales para
esta ocasión. El 24 de diciembre la emoción crecía con cada minuto que pasaba.
Mis padres incluso preparaban café negro para Santa, justo antes de enviarnos a
la cama. Siempre me pregunté cómo sabían que a Santa le gustaba el café negro —
tal como a ellos les gustaba el suyo. Después de ir a la cama en la víspera de
Navidad, no podía dormir ni esperar a levantarme a la mañana siguiente para ver
todo lo que “Santa” me había traído.
La Navidad
es considerada por muchos como un tiempo maravilloso, que enfoca a los
participantes en dar, en la unidad familiar, en la música y las decoraciones
hermosas, en festejar y cantar villancicos navideños por todo el vecindario
(tal como lo hacía mi familia cada año). Todo esto se centra, supuestamente, en
la adoración a Cristo. Seguramente la Biblia nos instruye hacer todo esto —
¿cierto?
¡Las
respuestas le impactarán!
¿Por qué
piensan las personas que la Navidad es maravillosa? Ésta ciertamente se sentía
maravillosa para mí. Yo creía en lo que mis padres me decían. No tenía razón
para dudar de ellos. Ellos simplemente me estaban enseñando lo que sus padres
les habían enseñado. ¡Jamás cuestioné el verdadero origen de la Navidad!
La mayoría
jamás reflexiona acerca de por qué cree lo que cree o hace lo que hace.
Nosotros vivimos en un mundo lleno de costumbres, pero pocos buscan alguna vez
entender su origen. Generalmente las aceptamos sin cuestionar. La mayoría de
las personas básicamente hacen lo que todos los demás hacen — ¡porque es fácil
y natural!
Examinemos
cuidadosamente las raíces de la Navidad. Veamos por qué las personas
siguen las costumbres asociadas a ésta. ¿Por qué es celebrada el 25 de
diciembre? ¿La celebró la Iglesia temprana del Nuevo Testamento? Este folleto
está lleno de hechos históricos que, al ser puestos juntos, describen un cuadro
completo. ¡Evitemos toda suposición y aceptemos sólo lo que puede ser probado!
Origen pagano
En 1990, la
junta escolar de Solon, Ohio (un suburbio de Cleveland) prohibió todas las
escenificaciones de natividad y otras actividades navideñas en cualquier
propiedad escolar, porque sentían que esto violaba la separación de iglesia y
estado. Fueron desafiados en la corte cuando los padres indignados se
opusieron, sintiendo que la Navidad les estaba siendo robada a sus hijos y a la
comunidad. ¡La junta perdió el caso! La ciudadanía había argumentado que
la Navidad era una tradición universal que no era parte de la religión, sino
que la trascendía. La Navidad fue considerada como secular — parte de
prácticamente todas las culturas del mundo.
¡La decisión
de la corte afirmó que la Navidad no tiene raíces cristianas! Sin embargo, la
opinión de la corte también hizo notar que la lectura de la Biblia y la oración
sí están obviamente asociadas con el cristianismo — ¡una admisión
extraordinaria! La corte concluyó que observar la Navidad y las
escenificaciones navideñas podían permanecer porque no eran realmente parte del
cristianismo, ni de la religión — sin embargo, la lectura de la Biblia y la
oración, que sí son parte, ¡debían seguir excluidas de las escuelas!
Casi todos
los aspectos de la observancia de la Navidad tienen sus raíces en la costumbre
romana y en la religión. Considere la siguiente admisión de un gran periódico
americano (The Buffalo News, 22 de noviembre de 1984): “La primera
referencia a la Navidad que marcó el 25 de diciembre viene del segundo siglo
después del nacimiento de Jesús. Se considera, de igual manera, que las
primeras celebraciones de la Navidad fueron en reacción a la Saturnalia
romana, un festival de cosecha que marcaba el solsticio de invierno — el
regreso del sol — y honraba a Saturno, el dios de la agricultura. La Saturnalia
era un tiempo de alboroto, al cual se oponían hasta los más austeros líderes
en la aún minoritaria secta cristiana. Según dice un erudito, la Navidad se
desarrolló como un medio para reemplazar la adoración del sol (del
inglés sun) con la adoración del Hijo (del inglés son). [Nota: en
inglés sol se traduce sun e hijo se traduce son; ambas palabras
se pronuncian igual.] Para el año 529 d.C., después que el cristianismo se
hubiera convertido en la religión oficial del estado en el Imperio Romano, el
emperador Justiniano hizo de la Navidad una festividad cívica. La celebración
de la Navidad llegó a su cúspide — algunos dirían que a sus peores momentos —
en el período medieval, cuando se convirtió en un tiempo para consumo conspicuo
y juerga incomparable”.
Considere
estas citas de la Enciclopedia Católica, edición de 1911, bajo el título
“Navidad”: “La Navidad no estaba entre los primeros festivales de la
Iglesia… la primera evidencia de esta fiesta es de Egipto”. Además, “las
costumbres paganas que se centran alrededor de las calendas de enero, gravitan
alrededor de la Navidad”. Bajo el título “Día Natal”, Orígenes, un antiguo
autor católico, admitió: “…en las Escrituras no se registra que alguien haya
guardado una fiesta u ofrecido un gran banquete en su cumpleaños. Son sólo
los pecadores (como Faraón y Herodes) los que hacen grandes regocijos del
día en que vinieron a este mundo” (énfasis mío).
La Enciclopedia
Americana, edición de 1956, añade: “La Navidad… no era observada en los
primeros siglos de la iglesia cristiana, ya que la usanza general era celebrar
las muertes de las personas notables, en lugar de su nacimiento… una fiesta fue
establecida en memoria de este evento [el nacimiento de Cristo] en el siglo
IV. En el siglo V, la iglesia occidental ordenó que la fiesta fuera
celebrada en el día de los ritos del nacimiento del sol, y al cierre de la
Saturnalia, ya que no existía conocimiento certero del día del nacimiento
de Cristo”.
No hay lugar
para error en el origen de la celebración moderna de la Navidad. Muchas fuentes
adicionales podrían ser citadas y volveremos a esto más adelante. Comencemos a
atar algunos otros hechos.
Pasaron 300
años después de Cristo antes que la iglesia romana celebrara la Navidad, y no
fue sino hasta el siglo V que fue ordenada su observancia en todo el imperio,
como un festival oficial en honor a “Cristo”.
¿Puede Cristo ser honrado con la Navidad?
La
justificación más común que alguien escuchará respecto a la Navidad es que las
personas han reemplazado las antiguas costumbres e intenciones paganas al
afirmar que ahora se están “enfocando en Cristo”. He escuchado a muchos decir
que están “honrando a Cristo” en su observancia de la Navidad. ¡El problema es
que Dios no dice que esto sea aceptable para Él! De hecho, ¡ordena
claramente en contra de ella! ¡Guardar la Navidad deshonra a Cristo!
¡Él considera todo lo relacionado con la Navidad como una abominación! Pronto
veremos por qué.
Cristo dijo:
“Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres” (Mat. 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios — es una
tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el
mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (Marcos 7:9). Cada
año, alrededor del mundo, el 25 de diciembre, ¡cientos de millones hacen
justamente eso!
Veremos que
Dios ordena claramente: “No sigáis el camino de los paganos”. Pero la mayoría
de las personas no temen a Dios, y Él les permite que tomen sus propias
decisiones. Los seres humanos son agentes con libre albedrío — ¡libres para
obedecer o desobedecer a Dios! Pero ¡ay de aquellos quienes ignoren la clara
Palabra de Dios!
¿Nació Cristo un 25 de diciembre?
Cristo nació
durante el otoño del año. Muchos han creído equivocadamente que nació al inicio
del invierno — ¡el 25 de diciembre! ¡Ellos están equivocados! Note Adam
Clarke Commentary (Comentario de Adam Clarke), volumen 5, página 370,
edición New York: “Era costumbre entre los judíos enviar sus ovejas a los
desiertos cerca de la Pascua [a principios de la primavera], y traerlas a casa
al inicio de la primera lluvia”. Las primeras lluvias comenzaban a
inicios o mediados del otoño. Continuando con la misma cita: “Durante el tiempo
que estaban fuera, los pastores las vigilaban día y noche. Cuando la primera
lluvia comenzó, temprano en el mes de March–esvan, tiempo que
corresponde a parte de nuestro octubre y noviembre [comienza en
algún punto de octubre], encontramos que las ovejas eran mantenidas fuera, a
campo abierto, durante todo el verano. Y puesto que los pastores aún
no habían llevado a sus rebaños a casa, se presume que octubre aún no
había comenzado, y que, por consiguiente, nuestro Señor no nació el 25 de
diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos. Él tampoco pudo
haber nacido después de septiembre, puesto que los rebaños aún estaban
en los campos por la noche. Sobre esta base, la natividad en diciembre
debe ser abandonada. La alimentación de los rebaños por la noche en los campos
es un hecho cronológico… vea las citas de los Talmudistas en Lightfoot”.
Lucas 2:8
explica que cuando Cristo nació: “En la misma región había pastores que
estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la
noche” (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy). Note que ellos “estaban” en
el campo. Esto nunca sucedió en diciembre. Tanto Esdras 10:9-13 como Cantares
2:11 muestran que el invierno era la temporada lluviosa y que los pastores no
podían permanecer en los fríos y abiertos campos por la noche.
¡Numerosas
enciclopedias afirman claramente que Cristo no nació el 25 de diciembre! La Enciclopedia
Católica confirma esto de manera directa. ¡Con toda probabilidad, Cristo
nació en otoño! Una larga explicación técnica probaría este punto.
Puesto que
ahora ya sabemos que el 25 de diciembre no era siquiera cercano a la fecha de
nacimiento de Cristo, ¿de dónde se originó el festival asociado a esta fecha?
Ahora lea
esta cita bajo el título “Navidad”: “En el mundo romano, la Saturnalia (17 de diciembre)
era un tiempo de algarabía e intercambio de regalos. El 25 de diciembre
también era considerado como la fecha de nacimiento del dios iraní Mitra,
el Sol de la Justicia. En el año nuevo romano (1 de enero), las casas eran
decoradas con verdor y luces, y regalos les eran dados a los niños y a los
pobres. A estas observancias se sumaban los ritos navideños germánicos y
celtas, cuando las tribus teutónicas penetraron en Galo, Bretaña y Europa
central. La comida y el buen compañerismo, el tronco navideño y el bizcocho de
Navidad, el verdor y los abetos, los regalos y saludos, todos conmemoraban
diferentes aspectos de esta temporada festiva. Fuegos y luces, símbolos de
calidez y fuego duradero, siempre han sido asociados con el festival invernal,
tanto pagano como cristiano” (Enciclopedia Británica, 15ª edición, Vol.
II, p. 903).
Una cita
final acerca de la selección del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de
Cristo se hace necesaria. Note un artículo en The Toronto Star (La
estrella de Toronto) de diciembre de 1984, por Alan Edmonds, titulado “Les
debemos mucho a los druidas y a los holandeses”, éste dice: “La Reforma le
causó daño a la Navidad. Para entonces, por supuesto, los astutos políticos
eclesiásticos ya habían adoptado el festival pagano a la mitad del invierno
como el supuesto natalicio de Jesús de Nazaret, y habían incorporado algunas
otras deidades paganas para hacer más apetecible su toma de poder”.
El 25 de
diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento de Cristo, o porque fuera
siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival
pagano idólatra de Saturnalia — y esta celebración debe ser examinada
cuidadosamente. En cualquier caso, no sabemos la fecha exacta del
nacimiento de Cristo. Aunque Dios ciertamente pudo haberla dado a conocer, ¡Él
eligió esconderla de los ojos del mundo!
¿Quién fue Saturno?
Citas
previas presentaron el tema de la Saturnalia. Estudiemos de manera cuidadosa
quién fue exactamente Saturno. Considere la siguiente cita de otro gran
periódico americano, The Democrat and Chronicle, Rochester, Nueva York,
diciembre de 1984: “El festival romano de Saturnalia, del 17 al 24 de
diciembre, movía a los ciudadanos a decorar sus hogares con verdor y luces, y a
dar regalos a los niños y a los pobres. El festival del 25 de diciembre, natalis
solis invicti, el nacimiento del sol invicto, fue decretado por el
emperador Aureliano en 274 d.C., como una celebración del solsticio de
invierno, y un tiempo (después)… fue cristianizado como una fecha para celebrar
el nacimiento del Hijo de Luz”.
El Dr.
William Gutsch, presidente del Museo Americano de Historia Natural — Planetario
Hayden, confirmó el nombre original de la Navidad con esta cita del 18 de
diciembre de 1989, en un periódico de Wetchester, Nueva York, The Reporter
Dispatch:
“Los
antiguos romanos no estaban celebrando la Navidad, sino más bien, un festival
pagano llamado Saturnalia. Éste ocurría cada año, cerca del comienzo del
invierno, o en el solsticio de invierno. Este era el tiempo que el sol había
tomado su curso más bajo a través del cielo y en el cual los días comenzaban a
hacerse más largos, asegurando así otra temporada de crecimiento”.
“No
obstante, si muchas de las trampas de la Saturnalia parecen paralelas con lo
que tantos de nosotros hacemos hoy, podemos ver de dónde tomamos… las
tradiciones de nuestras festividades. Y, verdaderamente, se ha sugerido que
aunque Cristo no nació a finales de diciembre, los antiguos cristianos —
todavía una secta ilegal en aquel tiempo — movieron la Navidad al tiempo de la
Saturnalia para atraer la menor atención posible hacia sí mismos, mientras
celebraban su propia festividad”.
La
Saturnalia, por supuesto, celebraba a Saturno — el dios fuego. Saturno era el
dios de la agricultura (la siembra) porque el calor del sol era requerido para
permitir la siembra y el crecimiento de las cosechas. También era adorado en
este festival de invierno para que regresara (él era el “sol” — recuerde
“sun”) y diera nuevamente calor a la tierra para que la siembra de primavera
pudiera ocurrir. El planeta Saturno fue nombrado posteriormente en honor a él,
¡porque entre todos los planetas, con sus anillos y color rojo brillante,
representaba mejor al dios del fuego!
Virtualmente
cada civilización tiene un dios del fuego/sol. Los egipcios (y algunas veces
los romanos) lo llamaban Vulcano. Los griegos lo llamaban Cronos, al igual que
los fenicios — pero ellos también lo llamaban Saturno. Los babilonios lo
llamaban Tamuz (como Nimrod, resucitado en la persona de su hijo), Moloc o Baal
(como lo llamaban los druidas). Todos estos eran simplemente los diversos
nombres de Nimrod. Nimrod era considerado el padre de todos los dioses
babilonios.
Sacrificio de niños
Note esta
horrible práctica asociada con la adoración al dios del fuego (Nimrod, Saturno,
Cronos, Moloc y Baal) en la siguiente cita de Las dos Babilonias, de
Alexander Hislop, página 231:
“Esto
concuerda perfectamente con el carácter del Gran Jefe del sistema del culto al
fuego. Nimrod, como representante del fuego devorador al cual se le
ofrecían víctimas humanas, especialmente niños, en sacrificio, era considerado
como el gran devorador de niños… era, por supuesto, el verdadero padre de
todos los dioses babilónicos; y, desde luego, con tal carácter fue
considerado después universalmente. Como Padre de los dioses recibió,
como hemos visto, el nombre de Cronos; y todos saben que la historia
clásica de Cronos era justamente de que ‘él devoraba a sus hijos tan pronto
como nacían’. (Diccionario Clásico Lempriere, ‘Saturno’.)… esta leyenda
tiene un significado más amplio y profundo; pero aplicada a Nimrod, o
‘el Cornudo’, sólo se refiere al hecho de que, como representante de Moloc o
Baal, las ofrendas más aceptables en su altar eran los niños. Tenemos una
amplia y triste evidencia sobre este asunto por los relatos de la antigüedad.
‘Los fenicios’, dice Eusebio, ‘sacrificaban todos los años a sus amados
hijos unigénitos a Cronos o Saturno’”.
Pero, ¿por
qué era necesario el sacrificio humano para la adoración de este terrible dios?
¿Qué posible bien podían pensar los seres humanos que había en asesinar a sus
propios hijos? Continuando: “…quien se acercara al fuego, recibiría una luz
de divinidad” y “a través del fuego divino todas las manchas
producidas por generaciones podían ser purgadas”. Por tanto, “hicieron pasar
por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc” (Jer. 32:35).
Por
increíble que parezca, los seres humanos engañados realmente creían que estaban
agradando a su “dios” al sacrificarles a sus propios hijos pequeños e
inocentes. Ellos creían que el fuego los purificaba del pecado original. ¡La
doctrina pagana de pasar tiempo en el purgatorio para purgar el alma de todo
pecado se deriva de esta creencia!
¿Quién fue Nimrod?
Debemos ver
ahora más de cerca quién fue esta figura bíblica, Nimrod. Ya lo hemos visto
como uno de los dioses falsos originales de la historia, pero, ¿qué más se
puede aprender?
Génesis 10:9
dice de Nimrod: “Este fue vigoroso cazador delante [en lugar] del Eterno”. Él
realmente trató de reemplazar a Dios.
El famoso
historiador judío, Josefo, registra en Antigüedades judías importante
evidencia acerca del rol de Nimrod en el mundo post diluviano. Note: “Él
también cambió gradualmente el gobierno a tiranía… Él [Nimrod] también dijo que
se vengaría de Dios si tuviera en mente ahogar nuevamente al mundo; y que para
eso edificaría una torre muy alta, que las aguas no pudieran alcanzar… Ahora la
multitud estaba bien preparada para seguir la determinación de Nimrod, y para
estimar como cobardía el someterse a Dios” (Libro I, Cap. IV, sección 2, 3).
Bajo muchos
nombres, el primero y quizás el mayor rebelde de la humanidad ha sido adorado a
través de la falsa religión. La antigua Israel siguió fallando sirviendo a los
muchos falsos dioses que Nimrod representaba.
Ezequiel
8:13-14 registra un cuadro de las mujeres de Israel “endechando a Tamuz”. Este
Tamuz (el dios del fuego) era considerado ser Nimrod y la etimología de la
palabra misma es fascinante. Tam significa “hacer perfecto” y muz
“fuego”. El significado es claro a la luz de lo que ya hemos aprendido. A
propósito, en la Guerra Tormenta del Desierto entre Iraq y Kuwait, Saddam
Hussein nombró a uno de sus misiles “Tamuz”. Él ciertamente entendía que su
significado incluía fuego.
Quemados a Moloc
Veamos cómo
el pueblo de Dios, Israel, adoró a Baal/Moloc una vez que se apartó del
verdadero Dios: “Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el
valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas
a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta
abominación…” (Jer. 32:35).
Note que
Dios mismo dice que tales abominaciones jamás entraron siquiera a su mente: “Y
edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en
holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al
pensamiento. Por tanto, he aquí vienen días, dice el Eterno, que este lugar no
se llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza”
(Jer. 19:5). El versículo 6 ata este valle de Tofet o Hinom con esta práctica.
Jeremías 7:31conecta a Tofet e Hinom con el sacrificio de niños. Tofet
significa “el tambor”. Los tambores se tocaban para ahogar los gritos de las
víctimas en las llamas.
Note esta
cita de Paraíso Perdido, por John Milton, acerca del terrible dios
Moloc: “Primero Moloc, rey horrible, manchado con la sangre de los
sacrificios humanos y destilando lágrimas paternales aunque con el estrépito de
tambores y timbales, no fueron oídos los gritos de los hijos arrojados al
fuego para ser después ofrecidos al execrable ídolo”. Por supuesto, todos
dirán que ya no sacrifican a sus hijos a Moloc hoy, pero continúe leyendo.
En el Nuevo
Testamento, el mártir Esteban fue apedreado hasta la muerte, al menos en parte,
porque acusó a sus oyentes por la adoración a este ídolo malvado (Hechos 7:43).
Cuando el
justo rey Josías llegó al trono, como rey de Judá, destruyó los altares en el
Valle de Tofet (o Hinom — el mismo valle que Cristo comparó con el fuego
“gehena” en Marcos 9:43-49) poco después de llegar al poder. Él comprendió la
gran maldad de las prácticas que estaban teniendo lugar allí.
Los druidas y los sacrificios humanos
Muchas
personas han escuchado de los druidas. Pocos saben quiénes y qué fueron. Nos
referiremos a ellos más adelante y los ataremos a otras prácticas cristianas
bien conocidas. Debemos establecer primero su rol histórico en los sacrificios
humanos.
Julio César
es la más conocida fuente de información sobre los druidas. Esto viene de la Enciclopedia
Británica. Esta cita, bajo “Druidas”, explica claramente quiénes
fueron: “Druidas, la clase docta entre los antiguos celtas, cuyo nombre
significa Conocer (o encontrar) el roble. Ellos parecen haber
frecuentado bosques de roble y haber actuado como sacerdotes, maestros y
jueces. Los primeros registros conocidos de los druidas vienen del tercer
siglo [a.C.]… los druidas se encargaban de los sacrificios públicos y
privados, y muchos hombres jóvenes iban a ellos por instrucción. Ellos
juzgaban todas las disputas públicas y privadas y decretaban la penalización… El
principio doctrinal de los druidas era que el alma era inmortal… (Ellos)
ofrecían víctimas humanas por aquellos que estaban gravemente enfermos o en
peligro de muerte en batalla. Grandes imágenes de mimbre eran llenas de
hombres vivos y luego quemadas; aunque los druidas elegían a criminales de
preferencia, ellos sacrificaban víctimas inocentes si era necesario”.
El Antiguo
Testamento está lleno con la condenación de Dios para Israel por la práctica de
las costumbres de las naciones que las rodeaban — y estamos reuniendo hechos
importantes que revelan un cuadro estremecedor.
El rol del canibalismo
Otra verdad
acerca del origen de la Navidad surge de la palabra moderna caníbal.
Esta práctica tiene sus raíces en una función principal de todos los sacerdotes
de Baal. Mantenga en mente que la palabra hebrea para sacerdote es Cahna.
Considere la
siguiente cita de Las dos Babilonias, por Alexander Hislop, página 232:
“En la ley mosaica era un precepto, proveniente sin duda de la fe patriarcal,
de que el sacerdote debía participar de todo lo que se ofreciera como ofrenda
expiatoria (Números 18:9,10). Por consiguiente, a los sacerdotes de Nimrod o
Baal se les exigía necesariamente que comieran de los sacrificios humanos; y
fue así como ‘Cahna-Bal’, el ‘Sacerdote de Baal’, aparece en nuestra propia
lengua para designar al devorador de carne humana”.
¡La realidad
de esto no puede perderse! También es verdad que la mayoría de las
civilizaciones tienen una tradición que ha involucrado el canibalismo. Note
esta declaración de The New York Times, “¿Cuál es el significado del
canibalismo?”, por Erik Eckholm: “El canibalismo ha fascinado y repelido
prácticamente a todas las sociedades conocidas, incluyendo aquellas que se dice
lo han practicado”.
Este mismo
artículo llegó a mostrar que la mayoría de las civilizaciones también le
pusieron significado divino a su práctica.
¿Qué acerca del mito de Santa?
¿Ha
considerado que usted también podría estar quemando, y aún sacrificando,
a sus hijos hoy (aunque de forma diferente) en su práctica de la Navidad,
aunque pueda estar tratando de “enfocarse en Cristo” de manera sincera?
¡Los padres
razonan que les deben todo el mito de la Navidad a sus hijos! Las
tradiciones de la Navidad se centran principalmente en los niños, y son
ciertamente el centro de la mayor parte de lo que ocurre. Lo sé porque guardé
diecisiete Navidades. Mi hermana mayor, mi hermano menor y yo fuimos receptores
de mucho, y dadores de muy poco en ese día — y todo comenzaba con la mentira de
Santa Claus.
Hace algunos
años, un sacerdote en Nueva Jersey le dijo a su clase de escuela dominical que
Santa era un mito. La indignación de los padres y de sus supervisores fue
inmediata. ¡Él había “matado a Santa”! ¡Había “destruido la tradición
familiar”! Había “usurpado la autoridad familiar”, continuaba el artículo. Fue
censurado oficialmente por sus supervisores, por ser “extremista e insensible”.
¿Su crimen?
¡Dijo la verdad!
Según la Enciclopedia
de Historia Universal de Langer, (artículo “Santa”), “Santa” era un nombre
común para Nimrod en todo Asia Menor. Este era también el mismo dios del fuego
que descendía por las chimeneas de los antiguos paganos y el mismo dios del
fuego a quien los infantes le eran quemados y comidos en sacrificio humano,
entre aquellos que alguna vez fueron el pueblo de Dios.
Hoy, Santa
Claus viene de “San Nicolás”. Washington Irving, en 1809, es el responsable de
transformar al viejo y estricto obispo original del mismo nombre, en el nuevo
“alegre San Nick” en su obra Knickerbocker History of New York, Historia de
Nueva York por Knickerbocker. (La mayoría de las otras tradiciones
navideñas de América son aún más recientes que ésta.) “Viejo Nick” ha sido
ampliamente reconocido como un término para el diablo.
En
Apocalipsis 2:6 y 15, leemos acerca de una “doctrina de los nicolaítas”, la
cual Cristo le dice dos veces a Su Iglesia que “[Él] aborrece”. Analicemos la
palabra nicolaíta. Ésta significa “seguidor de Nicolás”. Nikos
significa “conquistador, destructor”. Laos significa “pueblo”. Los
nicolaítas, entonces, son personas que siguen al conquistador o destructor —
Nimrod. ¡Si usted ha creído que el seguir la Navidad es una inocente costumbre
cristiana, dese cuenta de esta verdad!
¿Es bíblico intercambiar regalos?
Los
comerciantes reportan regularmente que más del 60% de sus ventas anuales al
menudeo ocurren durante la temporada de compras navideñas. Esto representa una
tremenda cantidad de compras de regalos. La mayoría hoy cree que dar regalos
viene del ejemplo bíblico de los “tres magos” (la Biblia no da número) quienes
le presentaron regalos a Cristo. ¿Es esto cierto? ¿De dónde vino el
intercambio de regalos, y qué dice la Palabra de Dios al respecto?
La Biblioteca
Sacra afirma: “El intercambio de regalos entre amigos es una característica
similar de la Navidad y la Saturnalia, y debe haber sido adoptada por los
cristianos proveniente de los paganos, como lo muestra claramente la
admonición de Tertuliano” (Vol. 12, p.p. 153-155).
Al igual que
con cualquier otro aspecto de la Navidad, la estremecedora verdad es que aun
esta supuesta costumbre cristiana no viene de la Biblia. Es una ironía
que a las personas les encante creer que están siguiendo la costumbre de los
reyes magos de dar a Cristo, cuando en realidad se están dando exclusivamente ¡los
unos a los otros! ¡Qué hipocresía! Cristo es olvidado completamente.
La Biblia
enseña, en realidad, que los cristianos no deben celebrar cumpleaños. Numerosas
escrituras aclaran este principio. (Lea nuestro artículo “¿Son las
celebraciones de cumpleaños cristianas?”) No obstante, ¿qué si fuera a
una fiesta de cumpleaños que ha sido preparada para usted, y todos se dan
regalos los unos a los otros mientras usted es dejado fuera? ¡La idea es
ridícula! Si esto sucediera, diría que las personas están siendo egoístas
y que lo están olvidando a usted. De hecho, la mayoría de las personas dan a
otros en Navidad ¡simplemente porque ellos mismos esperan recibir regalos!
Regresemos
brevemente a los “magos” quienes le dieron presentes a Cristo. La escritura que
describe esto es Mateo 2:1-11: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días
del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde
está el rey de los judíos, que ha nacido?… Y al entrar en la casa, vieron al
niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; abriendo sus tesoros,
le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.
Comúnmente
se supone que estos eran presentes de nacimiento para el “niño Jesús”. Pero,
¿es eso lo que la Biblia dice en realidad? ¡Absolutamente no! Primero, es
importante notar que ellos sí le dieron presentes a Jesús. No se pararon
en Su presencia e intercambiaron obsequios entre ellos, o se los dieron a
otros. Los obsequios le fueron “presentados a Él”. Además, llegaron
bastante después de su “día de nacimiento”. Esta es otra razón de que estos no
pudieron haber sido “regalos por su nacimiento” (o cumpleaños).
Una antigua
costumbre de oriente era presentar obsequios al venir ante un rey. Estos
hombres entendían que estaban en la presencia del “rey de los judíos”. La
Biblia contiene muchos ejemplos de personas enviando obsequios a reyes o
presentándolos al llegar a su presencia. Esta costumbre es común hoy, cuando
los embajadores u otros llegan a la presencia de un líder mundial.
Finalmente,
note lo que dice el Comentario Adam Clarke, volumen 5, página 46, sobre
lo que sucedió realmente en esta ocasión: “Versículo 11. Ellos le
presentaron regalos a Él. Las personas de oriente jamás se acercaban a la
presencia de reyes o de grandes personajes sin un presente en sus manos.
Esta costumbre es notada con frecuencia en el Antiguo Testamento, y aún
permanece en el oriente, y en algunas de las recién descubiertas Islas del Mar
Chino del Este”. Los regalos, por costumbre, se presentaban a los reyes.
¿Qué podría
ser más claro?
El origen del árbol de Navidad
Ningún
folleto acerca de la Navidad está completo sin alguna explicación acerca del
“árbol de Navidad”. Hemos tocado el tema sin enfocarnos directamente en él. El
moderno árbol de Navidad se originó en Alemania. Pero los germanos lo
obtuvieron de los romanos, quienes lo obtuvieron de los babilonios y egipcios.
Lo siguiente
demuestra lo que creen los babilonios acerca del origen del árbol de Navidad:
“Una antigua fábula babilónica habla de un árbol de hoja perenne, el cual
brotó de un tronco muerto. El viejo tronco simbolizaba a Nimrod muerto, el
nuevo árbol de hoja perenne simbolizaba ¡que Nimrod había vuelto a la vida en
Tamuz! Entre los druidas, el roble era sagrado, entre los egipcios era la
palma, y en Roma era el abeto, ¡el cual era decorado con cerezas rojas
durante la Saturnalia!” (Walsh, Curiosidades de costumbres populares, p.
242).
La obra Respuestas
a Preguntas, de Frederick J. Haskin, afirma: “El árbol de Navidad es de
Egipto, y su origen data de un período muy anterior a la Era Cristiana”. ¿Sabía
usted esto — que el árbol de Navidad precedió por mucho tiempo al
cristianismo?
La mayoría
de aspectos de la Navidad no son descritos en la Biblia. Por supuesto, la razón
es porque no son de Dios — no forman parte de la forma en que Él quiere que la
gente le adore. El árbol de Navidad, sin embargo, ¡es mencionado en la Biblia
de manera directa! Vaya a Jeremías 10:2-5: “Así dijo el Eterno: No aprendáis
el camino de las naciones… Porque las costumbres de los pueblos son
vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril.
Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se
mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden
andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer
bien tienen poder”.
Esta
descripción del árbol moderno de Navidad es clara. Dios se refiere a éste de
manera directa como “el camino de los paganos”. De una manera igualmente
directa, le ordena a Su pueblo que “no aprenda del camino de las naciones”,
llamando “vanas” estas costumbres. El versículo 23 añade una declaración
sobresaliente y poderosa: “Conozco, oh Eterno, que el hombre no es señor de su
camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus [propios] pasos”.
Dios debe enseñarles a las personas cómo vivir. El hombre simplemente no puede
entender los caminos de Dios por sí mismo.
No hay lugar
en Jeremías 10 para creer, como algunos han tratado de sugerir, que como estos
árboles no tienen poder en sí mismos, en realidad no está prohibido
tener un árbol de Navidad. ¡Dios condena el colocar árboles paganos (de
Navidad) con este claro mandato bíblico!
El origen de las guirnaldas, los troncos navideños y
el muérdago
La Enciclopedia
Americana declara: “El acebo, el muérdago, el tronco navideño… son
reliquias de tiempos pre-cristianos”. En otras palabras, ¡paganismo! El tronco
navideño era usado comúnmente en un rito de adoración de naturaleza teutónica.
Frederick
Haskin afirma además: “Las autoridades creen que el uso de la guirnalda
navideña puede rastrearse hasta la costumbre pagana de decorar los
edificios y lugares de adoración para la fiesta que tenía lugar al mismo tiempo
que nuestra Navidad”.
La Enciclopedia
Británica, bajo “Celastrales”, expone el origen de la guirnalda de flores:
“los paganos europeos traían ramilletes de acebo a sus hogares, y las ofrecían
a las hadas de los bosques, como refugios del severo clima invernal. Durante la
Saturnalia, el festival romano de invierno, ramas de acebo eran
intercambiadas como símbolo de amistad. Los más antiguos cristianos romanos
aparentemente usaban el acebo como una decoración en la temporada navideña”.
Hay docenas
de tipos distintos de acebo. Virtualmente todos vienen en variedades
masculinas y femeninas — tales como “Príncipe azul y Princesa azul” o
“muchacho azul y muchacha azul” o “muchacho chino y muchacha china”. Las
plantas femeninas de acebo no pueden tener bayas a menos que una planta
masculina contigua las polinice. Es fácil ver por qué las guirnaldas de acebo
encontraron su camino en los rituales paganos, ¡como un símbolo de amistad y
fertilidad!
La Navidad
está incompleta para muchos, a menos que incluya “besarse bajo el muérdago”.
Esta costumbre pagana era natural en una noche que involucraba mucho jolgorio,
hecha en el espíritu de orgías embriagadas. Al igual que hoy, el “beso”
usualmente ocurría al comienzo de la celebración de Saturnalia/Navidad. Jamás
olvidaré tener que besar siempre a las madres de mis amigos al entrar a cada
una de sus casas cada Navidad. Era lo primero que hacíamos. Yo lo detestaba
— pero era algo que “debía hacer”. Se consideraba que el muérdago tenía poderes
especiales de sanación para aquellos que se “regocijaran” bajo él.
La Enciclopedia
Británica, bajo “Santalales”, afirma: “Se cree que el muérdago europeo
había tenido un significado ritual especial en las ceremonias druidas y vive en
el folklore de hoy, con su estatus especial como el muérdago navideño habiendo
venido de épocas anglosajonas”. El muérdago es un parásito que vive en los
robles. (Recuerde que los druidas adoraban en bosques de roble). Los antiguos
celtas (asociados con los druidas) solían dar el muérdago, como un remedio
herbal, a los animales estériles para hacerlos fértiles. Y aún se le
conoce como “sanador de todo” en celta.
Al igual que
el muérdago, las frutas navideñas también eran consideradas sagradas para el
dios sol. El “tronco del sol” [del inglés “sun log”] vino a ser llamado “tronco
navideño” [del inglés “yule log”]. Como nota, en inglés a la Navidad también se
le llama “Yule”. Esto simplemente significa “rueda”, lo cual ha sido por mucho
tiempo la representación del sol. Por eso las personas hoy en día comúnmente
hablan de la “temporada sagrada de yule”.
Adoración del verdadero Dios mezclado con prácticas
falsas
El término
moderno para la fusión de costumbres paganas falsas con la adoración del
verdadero Dios es sincretismo. ¡Cualquiera que hiciera esto en la
antigua Israel era llevado a la muerte (Lev. 18:21, 29)! ¡Era así de serio!
Una mirada
fascinante de cómo Israel pensaba y creía, en su propia mente, que estaba
adorando a Dios como nación, viene de II Reyes 17:33: “Temían al Eterno,
y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde
habían sido trasladados”.
¿Captó esto?
Sí, ellos temían al verdadero Dios mientras servían otros dioses. No es
sorpresa, entonces, que el siguiente versículo (34) diga que ellos realmente
“NO temen al Eterno” de acuerdo con la forma que Dios ordenó. Es así como Dios
ve lo que las personas están haciendo hoy — ¡sin importar lo que estas
personas, quienes copian prácticas paganas antiguas, puedan pensar de sus
propias acciones!
El versículo
30 dice que todo esto había sido aprendido del contacto con “los de Babilonia”
(entre otros), cuyo dios principal, como recordaremos, era Nimrod (Baal o
Moloc) — que ahora sabemos que eran uno y el mismo.
¡Note cuán
específica fue la advertencia de Dios a Israel en Deuteronomio 12:29-31, y por
qué los advirtió! “Cuando el Eterno tu Dios haya destruido delante de ti
las naciones… y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no tropieces
yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no
preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían
aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así al
Eterno tu Dios; porque toda cosa abominable que el Eterno aborrece, hicieron
ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a
sus dioses”.
Muchos
versículos, similares a Deuteronomio 12, deberían ser estudiados
cuidadosamente. (Vea Éxodo 34:10-17; 23:23-33; Levítico 20:22-26; Deuteronomio
20:13-18, etc.) ¡El verdadero Dios sabía que servir a otros dioses
siempre los llevaba a sacrificarles niños!
Deuteronomio
12:32 hizo claro que Dios no quiere que mezclemos Sus caminos con ningún otro
camino falso: “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a
ello, ni de ello quitarás”.
Estas son
claras palabras de Dios para todos los que dicen que pueden mezclar las
horribles costumbres del paganismo con un supuesto “enfoque en Cristo”.
Las prácticas paganas del antiguo Israel en las
costumbres modernas
Deuteronomio
12:2-4 establece un contexto importante. Dios dice claramente: “Destruiréis
enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron
a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de
todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares… y sus imágenes de Asera
consumiréis con fuego… No haréis así al eterno vuestro Dios”.
Note las
referencias de Dios a “todo árbol frondoso” y “sus imágenes”. Hay por lo menos
diez versículos similares a través del Antiguo Testamento, los cuales se
refieren a “árboles frondosos” y a su asociación con la idolatría. Los
historiadores sostienen que la referencia al término “frondoso” se refiere a
frondoso todo el año — ¡árboles de hoja perenne!
Una vez más,
vamos a examinar más de cerca la verdadera historia y los orígenes de algunas
de las costumbres de la Saturnalia que aún se practican hoy. Note la siguiente
cita escalofriante del Diccionario de Antigüedades Griegas y Romanas,
“Oscilla” 3ª edición, volumen II: “…todos los rangos se dedicaban al festejo y
regocijo, regalos eran intercambiados entre los amigos, y las multitudes
llenaban las calles, gritando ‘He aquí la Saturnalia’. Una ofrenda era hecha
debajo de un árbol de hoja perenne decorado, de acuerdo con el poeta pagano,
Virgilio. Figurillas y máscaras — llamados ‘oscilla’ — eran
colgados en los árboles, al igual como se hace con las decoraciones navideñas
hoy. La historia admite… no puede haber duda que en estos ‘oscilla’
tenemos un vestigio de sacrificio humano…”
¿No suena
todo esto familiar? ¿Regalos, cantar en las calles, árboles de hoja perenne,
decoraciones, ofrendas bajo el árbol, festejos y banquetes? Esto puede sonar
maravilloso, pero representa cosas que son verdaderamente abominables.
Los
‘oscilla’ modernos se ven como pequeños “ángeles” regordetes colgando de un
árbol. Yo mismo coloqué estos pequeños “ángeles bebés” en nuestro árbol, cuando
era niño. Por lo menos yo pensaba que eran ángeles bebés. ¡Cuán
equivocado estaba! ¿Cree usted que alguno de sus amigos comprende lo que esto
representa en realidad? Por supuesto que no — ¡pero eso no lo hace menos grave
ni menos equivocado a los ojos de Dios!
Paganismo absoluto mezclado en la Iglesia
Una fuente
más demuestra cómo todo esto llegó a ser una herencia practicada de manera tan
“inocente” por millones — empero, distante de ser inocente a los ojos de Dios.
Lea la siguiente cita de la Enciclopedia Británica, 15ª edición, volumen
10, páginas 1062-3: “El cristianismo… a través de un complejo y gradual
proceso… se convirtió en la religión oficial del imperio [romano]”.
“Por un
tiempo, las monedas y otros monumentos continuaron vinculando las doctrinas
cristianas con la adoración del sol, a la que Constantino había sido adicto
previamente. Pero aun cuando esta fase llegó a su fin, el paganismo romano
continuó ejerciendo otras influencias permanentes, grandes y pequeñas… El
calendario eclesiástico retiene numerosos remanentes de festivales
pre-cristianos, en especial la Navidad, la cual mezcla elementos que incluyen tanto
la fiesta de Saturnalia como el nacimiento de Mitra. Pero, mayormente,
la corriente principal del cristianismo occidental le debe a la antigua Roma
la firme disciplina que le dio estabilidad y forma”.
Una
autoridad de tanta reputación como la Enciclopedia Británica reconoce,
para cualquiera dispuesto a ver, ¡que la Saturnalia y la antigua Roma fueron
las que definieron la “disciplina… estabilidad y forma” del cristianismo
occidental!
¡Esta es una
admisión verdaderamente asombrosa!
La siguiente
cita poderosa revela cómo este festival idólatra pagano se deslizó al mundo
“cristiano”. La cita es de la Nueva Enciclopedia Schaff-Herzog de
Conocimiento Religioso, bajo “Navidad”:
“Cuánto
dependía la fecha de la festividad (Navidad) de la Brumalia pagana (25 de diciembre),
que seguía a la Saturnalia (17-24 de diciembre), y celebraba el día más corto
del año y el ‘nuevo sol’… no puede ser determinado con exactitud. La Saturnalia
pagana y la Brumalia estaban muy profundamente arraigadas en la costumbre
popular como para ser puestas a un lado por la influencia cristiana… El
festival pagano, con su alboroto y algarabía, era tan popular que los
cristianos fueron complacidos con la excusa para continuar su celebración, con
un pequeño cambio en espíritu y forma. Los predicadores cristianos occidentales
y del cercano oriente protestaron en contra de la impropia frivolidad con la
que el nacimiento de Cristo era celebrado, mientras que los cristianos de
Mesopotamia acusaban a sus hermanos orientales de idolatría y de adoración
al sol, por adoptar como cristiano este festival pagano”.
Una fuente
adicional revela cómo la iglesia romana absorbió la Navidad como celebración
oficial. La Enciclopedia Británica, edición de 1946, afirma: “la Navidad
no estaba entre los más antiguos festivales de la iglesia… ciertos latinos, ya
en el año 354, pudieron haber transferido el nacimiento del 6 de enero al 25
de diciembre, que era entonces, una fiesta del mitraísmo… o el
nacimiento del SOL invicto… Los sirios y armenios, que se aferraban al 6 de
enero, acusaron a los romanos de adoración al sol e idolatría, argumentando…
que la fiesta del 25 de diciembre, había sido inventada por los discípulos de
Cerinto…”
Así, un festival
pagano, celebrado mucho antes del nacimiento de Cristo, encontró su camino en
el cristianismo reconocido.
¿Sabía usted
que aun los puritanos de Nueva Inglaterra, del siglo diecisiete, entendían cuán
equivocada estaba la Navidad? Ellos, de hecho, prohibieron su observancia
mediante una ley, en 1659, en toda la Colonia de la Bahía de Massachusetts.
Multas y encarcelamiento podían resultar de ser encontrados guardándola.
Pasaron casi 200 años (1856) antes que las personas dejaran de trabajar durante
Navidad en Boston. Los puritanos conocían sus raíces y la catalogaron como
“idolatría pagana y papista”.
Aquellos que “cambian tiempos y leyes”
El profeta
Daniel (7:8) habla de un “pequeño cuerno”, el cual (7:25) “hablará palabras
contra el Altísimo… y pensará en cambiar los tiempos y la ley”. Este pequeño
cuerno es una gran autoridad religiosa que intenta imponer su propia
perspectiva de las fechas y celebraciones, a un mundo confiado, en lugar de la
clara instrucción de Dios.
La palabra
hebrea traducida como “cambiar” significa “transformar, alterar o establecer”.
La palabra traducida como “tiempos” significa “ocasión señalada, temporadas o
tiempos”. La palabra hebrea traducida como “ley” significa “decretos o leyes de
Dios”. Al ser puestas juntas, la frase se refiere a una autoridad que intenta
“transformar las ocasiones señaladas y las temporadas dentro de la Ley de
Dios”. Ciertamente, la Navidad es un gran ejemplo de cómo esto ha sido hecho.
La instrucción de Dios ha sido reemplazada con las tradiciones religiosas de
los hombres.
La siguiente
cita revela cómo ha sucedido esto. Ésta también viene de la Enciclopedia
Británica, bajo “Cristianismo”: “Así, la liturgia de la pascua florida ha
sido desarrollada mayormente en la Iglesia Ortodoxa Occidental, y la liturgia
de la Navidad mayormente en la Iglesia Católica Romana…El calendario cristiano
es la más diseminada institución cristiana. La semana de siete días y el ritmo
de los festivales cristianos han sido aceptados aun por muchos de los países no
cristianos. A pesar de enérgicos intentos para introducir una semana laboral
corrediza, la semana de siete días, con los domingos libres, no podría ser
eliminada ni siquiera en los estados comunistas, con una perspectiva atea. Aun
en los círculos y las organizaciones ateas alrededor del mundo, los festivales
cristianos gozan de indiscutible popularidad como días libres… especialmente
la Navidad”.
En verdad,
han sido los “políticos eclesiásticos”, mencionados anteriormente, que han
buscado imponerle el calendario “cristiano” moderno a un mundo ignorante. Son
estos líderes los que han “pensado en cambiar los tiempos y las leyes”.
El peligroso poder de las mentiras
Uno de los
nombres de Satanás es Destructor (Apo. 9:11). Nimrod/Saturno/Moloc/Baal,
al igual que Satanás, es el dios del fuego, que destruye y devora pequeños
niños.
¡El
verdadero Jesucristo nunca estuvo y nunca estará en la Navidad!
Él no puede ser puesto de vuelta en un lugar donde nunca ha estado. Pero el
“dios de este mundo”, Satanás (II Cor. 4:4), siempre ha estado en la
Navidad. ¡Él es su autor!
El verdadero
Dios ordena que debemos adorarle “en espíritu y en verdad” (Juan
4:23-24). Esto no encaja con las grandes mentiras de la Navidad y de
Santa Claus, que todos los niños tan de buena gana creen.
I Timoteo
4:2 advierte de “la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la
conciencia”. ¡Los padres pueden “quemar” a sus propios hijos, hasta el punto de
abrasarlos, con el engaño y la mentira de la Navidad!
No hay
“seguridad en los números” en este mundo para aquellos que guardan la Navidad,
porque Satanás, quien es llamado “el padre de las mentiras” y “homicida desde
el principio” (Juan 8:44), ¡ha “engañado al mundo entero” (Apo. 12:9)!
Vaya a este versículo y léalo. Luego, reconozca que la Navidad es ciertamente
un testimonio de ese gran engaño.
Pero Cristo
se refiere a Su Iglesia como una “manada pequeña” (Lucas 12:32). Muchos otros
versículos muestran esto. Esta Iglesia no tiene los grandes números de las
clases respetadas y establecidas del cristianismo de este mundo.
“Otro Jesús”
Hay otro
problema con la idea de “poner a Cristo de vuelta en la Navidad” — ¡y es
grande! El “Jesús” que es el centro de esta temporada, ¡no es el verdadero
Jesucristo de la Biblia!
A la mayoría
se le ha enseñando que sólo hay un Jesucristo. Pero la Palabra de Dios habla de
una falsificación, y este Cristo sustituto es identificable en la historia. ¿La
prueba? El apóstol Pablo advirtió de “otro Jesús”.
¡Comprenda
lo que está en juego aquí!
Primero,
considere toda la introducción de Pablo a medida que establece el fundamento
para la advertencia que sigue: “Pero temo que como la serpiente [Satanás] con
su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de
la sincera fidelidad a Cristo” (II Cor. 11:3).
Ahora la
advertencia en el siguiente versículo: “Porque si viene alguno predicando a
otro jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que
el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo
toleráis” (II Cor. 11:4). Los corintios parecían “tolerar esto” sin mucha
resistencia.
Pablo, bajo
inspiración del verdadero Jesucristo de la Biblia, fue movido a
registrar el peligro de seguir inconscientemente a “otro Jesús”. Considere. La
mayoría probablemente jamás ha considerado, remotamente, la idea de un falso
Jesús ni siquiera por un momento — que existe tal cosa como un equivocado,
diferente y “falso Cristo” (Mateo 24:23-24) — llamado “otro Jesús”. En el
pasado, este “Jesús” incluso ha corrompido aun el pensamiento de los verdaderos
cristianos. Esto está claro. Pero la “sutileza” de cómo puede ocurrir
esto, y cómo se ha producido en la historia, es tan engañosa — tan
seductora — que incluso los verdaderos cristianos sin saberlo, pueden caer en
la adoración de este supuesto Jesús. Esto era lo que les estaba sucediendo a
los corintios.
Las personas
pueden adorar en formas que representan cosas muy diferentes de lo que creen o
piensan. Los “creyentes” en la Biblia hoy pueden pensar que están adorando al
verdadero Salvador, cuando en realidad están adorando a un falso salvador —
¡otro Jesús! El cristianismo tradicional completo está, de hecho, adorando a
Nimrod/Saturno/Moloc/Baal. El énfasis moderno en madre/hijo, “María/Jesús”,
incluyendo la adoración a María por millones, es un paralelo con Nimrod y su
madre, Semíramis, que no puede ser pasado por alto.
He aquí el
punto de lo que está siendo explicado. Muchos hablan de “poner a Cristo de
vuelta en la Navidad”. Esto se escucha cada año desde miles de púlpitos y otras
partes. ¡Pero el verdadero Cristo jamás estuvo allí! Tal como una persona no
puede regresar a una habitación en la que jamás ha entrado, Jesucristo no puede
ser “puesto de vuelta” en un evento en el que Él jamás ha estado, ¡y que, de
hecho, aborrece! (Una vez más, vea Marcos 7:7). El Jesús que estos predicadores
y religiosos tienen en mente es otro Cristo, uno con otro evangelio, otro
espíritu — ¡el espíritu navideño! — que lleva doctrinas y enseñanzas totalmente
diferentes.
¿Puede ver
la conexión?
¿Qué debe hacer?
Por último,
examinemos lo que Dios le dijo a Su pueblo debía hacer, y el camino que debía
enseñar a sus hijos.
Recuerde
Jeremías 7:31, donde Dios condenó a Israel por quemar a sus hijos en el Valle
de Tofet. Ocho versículos antes (vs. 23-24), Dios había dejado claro lo que Él
requiere: “Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré
a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino
que os mande, para que os vaya bien. Y no oyeron… antes caminaron… en la
dureza de su corazón malvado…”
Los seres
humanos no quieren obedecer a Dios (Rom. 8:7). Ellos preferirían seguir su
propia “imaginación”. Ellos no entienden que Dios quiere que sus vidas vayan
“bien”. Él quiere que la felicidad, gozo y bendiciones fluyan en las vidas de
las personas. Todo esto es resultado de obedecerle a Él.
Dios inspiró
a Moisés para advertir a los padres de la grave responsabilidad que tienen en
qué y cómo enseñan a sus hijos, y cómo se lo enseñan. Note Su instrucción en
Deuteronomio 6:1, 6-7, 20-21, 25: “Estos, pues, son los mandamientos…que
el Eterno vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en
la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla…Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás
de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y
cuando te levantes…Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué
significan los testimonios y estatutos y decretos que el Eterno nuestro Dios os
mandó? entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y
el Eterno nos sacó de Egipto con mano poderosa…Y tendremos justicia cuando
cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante del Eterno
nuestro Dios, como él nos ha mandado”.
Dios sacó a
Israel de Egipto — de la esclavitud — de las costumbres del mundo que los
rodeaba y les reveló Su Ley. Él no quiere que Su pueblo regrese a las
tradiciones, costumbres y caminos de los cuales Él los ha llamado.
Cuando todas
las tradiciones interconectadas, llenas del simbolismo de adorar a un antiguo
dios pagano, ideadas humanamente, son enseñadas, esto no es adorar al verdadero
Creador.
No hemos sabido que la Navidad sea de Babilonia
Jesús dijo
dos veces, en Mateo 7:16 y 20, que: “por sus frutos los conoceréis”. Todo lo
que las personas dicen o hacen, bueno o malo, tiene frutos. Los frutos
de la Navidad son terribles. Esta temporada lleva a todo un año de adulterio,
soledad, celos, borracheras, conducir ebrio, discusiones familiares (y peor), y
una acumulación de deudas que usualmente duran hasta marzo. Este problema es
tan relevante que casi todas las iglesias reportan que sus ingresos — cuán
irónico — ¡decrecen durante este período, a medida que las personas se
“recuperan” de todos sus gastos!
El verdadero “espíritu navideño”
El profeta
Isaías fue inspirado a escribir: “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza
tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión” (58:1). Yo he hecho
eso. Ahora que usted ha leído la pura verdad acerca del verdadero origen de la
Navidad, ¿qué hará?
La siguiente
cita viene del folleto La pura verdad acerca de la Navidad, por Herbert
W. Armstrong. Ésta resume el folleto que usted acaba de leer:
“La Navidad
se ha convertido en una temporada comercial. Es patrocinada, mantenida viva,
por las más fuertes campañas publicitarias del año. Usted ve a un ‘Santa Claus’
enmascarado en muchas tiendas. Los anuncios nos mantienen engañados acerca del
‘hermoso espíritu navideño’. Los periódicos, que venden anuncios, imprimen
floridos editoriales exaltando y elogiando la temporada pagana, y su
‘espíritu’. Una ingenua población se ha impregnado tanto, que muchos se ofenden
cuando se les dice la verdad. Pero el ‘espíritu navideño’ es creado cada año,
no para honrar a Cristo, ¡sino para vender mercancía! Igual que todos los
engaños de Satanás, que aparece como un ‘ángel de luz’, lo hacen parecer bueno.
¡Billones de dólares son gastados en este frenesí de comercialización cada año,
mientras la causa de Cristo debe sufrir! ¡Es parte del sistema económico de
Babilonia!
“Hemos profesado
ser naciones cristianas, pero estamos en Babilonia, tal como lo predijo la
profecía bíblica, ¡y no lo sabemos! ‘Salid de ella, pueblo mío, para que no
seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas’ — las
cuales vendrán pronto — es la advertencia de Apocalipsis 18:4” [énfasis mío].
“Este año,
en vez de intercambiar regalos, ¿por qué no poner ese dinero en la Obra de
Dios?”